En el sentido estricto, el psicoanálisis puede ser definido como una técnica de tratamiento psicoterapéutico, basada en la exploración del inconsciente. Es decir, es la búsqueda de la causa inconsciente de la conducta. Es una teoría que considera que la historia del individuo, sobre todo en sus primeros años de vida, es esencial para comprender el funcionamiento adulto.

A diferencia de los métodos que se basan en ejercicios, entrenamiento o aprendizaje como las técnicas conductuales o las exploraciones en el plano cognitivo, el psicoanálisis se cuenta entre las técnicas que intentan que el paciente logre una comprensión profunda de las circunstancias que han dado origen a sus afecciones o son la causa de sus sufrimientos o malestares psíquicos. Es decir, considera que, para interpretar nuestros actos hay que tomar en cuenta una serie de mecanismos inconscientes.

El Psicoanálisis plantea que gran parte de nuestro comportamiento, formas de expresión, sentimientos, memorias y voluntades, tienen que ver con los fenómenos que se producen en la mente y que no son regulables de manera lógica o consciente. Lo inconsciente, es la base del conflicto psicológico que sufre cada individuo, mientras que los síntomas (ansiedad, miedo, enojo, fobias, etc.) son el área consciente.

Lo inconsciente puede expresarse a través de los sueños, los deseos, los miedos, las voluntades, las pasiones, los recuerdos y los traumas. Es por esta razón que, el tratamiento psicoanalítico, se basa en el análisis de todos estos elementos no conscientes de una persona.

El trabajo con el paciente, se lleva a cabo en sesiones en las que el paciente establece profundas pero relajadas conversaciones con el profesional, quien debe orientar con sus preguntas e interpretaciones hacia las razones y el porqué de determinados comportamientos.

Se trata de lograr una modificación del más amplio alcance de la personalidad, muy especialmente en la vida afectiva. Particularmente en las áreas que contribuyen y mantienen la formación de síntomas o de formas defensivas que causan daño o malestar. El psicoanálisis clásico u ortodoxo, se trabaja durante algunos años, con una frecuencia de 2 o más sesiones por semana. El paciente se recuesta en un diván y habla en lo posible sin censura, sobre todo lo que siente y piensa, poniendo en palabras toda ocurrencia que le venga a la mente. Esta técnica se denomina asociación libre y constituye la regla fundamental. El analista, sentado tras el paciente, escucha con atención comunicándole sus interpretaciones hechas con base en el material que va apareciendo durante este proceso. En general el analista captará e interpretará los patrones emocionales y de funcionamiento inconsciente.